Por qué algunos artistas odian los algoritmos artísticos

Por qué algunos artistas odian los algoritmos artísticos

Una nueva generación de herramientas de imagen de IA puede reproducir el estilo característico de un artista. Algunos creativos temen por su sustento. Esto es el por qué algunos artistas odian los algoritmos artísticos.

Introducción

Simon Stålenhag en 2016, hablando sobre los algortimos artísticos. Imagen de Wikipedia.
Simon Stålenhag en 2016

El artista sueco Simon Stålenhag es conocido por sus inquietantes pinturas.

Crea arte que combinan paisajes naturales con el inquietante futurismo de robots gigantes, misteriosas máquinas industriales y criaturas alienígenas.

A principios de esta semana, Stålenhag pareció experimentar su propio temor distópico.

Esto suceed cuando descubrió que la inteligencia artificial había utilizado su estilo muy personal de crear arte.

El acto de imitación de la IA fue realizado por Andrés Guadamuz.

Guadamuz es un lector de derecho de propiedad intelectual de la Universidad de Sussex en el Reino Unido.

Cadena de sucesos

Guadamuz ha estado estudiando cuestiones legales en torno al arte generado por IA.

Usó un servicio llamado Midjourney para crear imágenes que se asemejaban al estilo espeluznante de Stålenhag y las publicó en Twitter.

Guadamuz dice que creó las imágenes para resaltar las cuestiones legales y éticas que pueden plantear los algoritmos que generan arte.

Midjourney es solo uno de los muchos programas de inteligencia artificial capaces de producir arte bajo demanda.

Para realizarlo usa una respuesta a un mensaje de texto, utilizando algoritmos de aprendizaje automático que han digerido millones de imágenes etiquetadas de la web o conjuntos de datos públicos.

Después de ese entrenamiento, pueden conjurar casi cualquier combinación de objetos y escenas y pueden reproducir los estilos de artistas individuales con asombrosa precisión.

Guadamuz dice que eligió Stålenhag para su experimento porque el artista ha criticado el arte generado por IA en el pasado y es de esperar que se oponga.

Pero dice que no fue su intención molestar al artista o provocar una respuesta.

En un blog posterior al incidente, Guadamuz argumenta que es poco probable que las demandas por infracción prosperen.

Él opina esto porque si bien una obra de arte puede estar protegida por derechos de autor, un estilo artístico no puede hacerlo.

A Stålenhag no le causó gracia la declaración.

En una serie de tuits esta semana, dijo que si bien tomar prestado de otros artistas es una “piedra angular de una cultura artística viva”, no le gusta el arte de la IA.

Y no le gusta porque “revela que ese tipo de sustancia pegajosa generada derivada es lo que nuestros nuevos señores tecnológicos esperan alimentarnos en su visión del futuro”.

Lo que prosigió

Guadamuz se disculpó públicamente con Stålenhag y dice que borró los tuits que incluían las imágenes derivadas.

También Guadamuz dice que recibió mensajes de enojo, incluida una amenaza de muerte, de algunos usuarios de Twitter que desaprobaron su truco.

Dice que lo que comenzó como un experimento que invitaba a la reflexión se malinterpretó como un ataque.

“Soy un académico aburrido y apacible durante el día, pero por la noche me convierto en un supervillano que destruye el sustento de los artistas… o algo así”, bromea Guadamuz.

En un correo electrónico, Stålenhag dice que se opone a la forma en que Guadamuz enmarcó su truco, pero acepta sus disculpas.

El artista no ve las imágenes de IA que imitan su trabajo como un plagio debido a lo novedosas que se ven.

Si embargo piensa que herramientas como la que usó podrían resultar útiles para explorar nuevas ideas artísticas.

Pero a Stålenhag no le gusta la forma en que se pueden configurar las nuevas tecnologías para enriquecer a los directores ejecutivos y las empresas tecnológicas que ya son poderosas.

“La IA es la última y más viciosa de estas tecnologías”, dice.

“Básicamente, requiere vidas de trabajo de artistas, sin consentimiento, y usa esos datos como el ingrediente central en un nuevo tipo de pastel que puede vender con ganancias con el único objetivo de enriquecer a un grupo de propietarios de yates”.

Otras variantes de la tecnología de algoritmos artísticos

Los algoritmos se han utilizado para generar arte durante décadas, pero una nueva era del arte de IA comenzó en enero de 2021.

Esto, cuando la empresa de desarrollo de IA OpenAI anunció DALL-E, un programa que utilizó mejoras recientes en el aprendizaje automático para generar imágenes simples a partir de una cadena de texto.

Muestra de DALL-E2 para crear arte en base a palabras clave, usando algoritmos artísticos
Muestra de DALL-E2 para crear arte en base a palabras clave

En abril de este año, la compañía anunció DALL-E 2 , que puede generar fotografías, ilustraciones y pinturas que parecen haber sido producidas por artistas humanos.

En julio, OpenAI anunció que DALL-E estaría disponible para que cualquiera lo use y dijo que las imágenes podrían usarse con fines comerciales.

OpenAI restringe lo que los usuarios pueden hacer con el servicio, utilizando filtros de palabras clave y herramientas capaces de detectar ciertos tipos de imágenes que podrían considerarse ofensivas.

Otros han construido herramientas similares, como Midjourney, utilizada por Guadamuz para imitar a Stålenhag, que pueden diferir en sus reglas sobre el uso apropiado.

A medida que el acceso a los generadores de arte de IA comienza a ampliarse, más artistas plantean preguntas sobre su capacidad para imitar el trabajo de los creadores humanos.

Creadores y artistas se manifiestan

RJ Palmer, que se especializa en dibujar criaturas fantásticas y trabajó como artista conceptual en la película Detective Pikachu, dice que la curiosidad lo llevó a probar DALL-E 2.

Pero también se puso un poco nervioso acerca de lo que tales herramientas de IA podrían significar para su profesión.

Más tarde, se sorprendió al ver a los usuarios del generador de imágenes de código abierto Stable Diffusion intercambiando consejos sobre cómo generar arte en diferentes estilos agregando los nombres de los artistas a un mensaje de texto.

“Cuando están alimentando el trabajo de artistas vivos que están, ya sabes, luchando como están, eso es simplemente mezquino”, dice Palmer.

David Oreilly, un artista digital que ha sido crítico con DALL-E, dice que la idea de usar estas herramientas que se alimentan de trabajos anteriores para crear nuevos trabajos que generan dinero se siente mal.

“No poseen nada del material que reconstituyen”, dice. “Sería como si Google Imágenes cobrara dinero”.

Jonathan Løw, director ejecutivo de Jumpstory, una empresa danesa de imágenes de archivo, dice que no entiende cómo se pueden usar comercialmente las imágenes generadas por IA.

“Estoy fascinado por la tecnología, pero también profundamente preocupado y escéptico”, dice.

Hannah Wong, portavoz de OpenAI, proporcionó una declaración diciendo que muchos artistas usaban el servicio de creación de imágenes de la compañía y que la compañía había buscado comentarios de los artistas durante el desarrollo de la herramienta.

“La ley de derechos de autor se ha adaptado a la nueva tecnología en el pasado y deberá hacer lo mismo con el contenido generado por IA”, dijo el comunicado.

“Seguimos buscando las perspectivas de los artistas y esperamos trabajar con ellos y los legisladores para ayudar a proteger los derechos de los creadores”.

Es fácil saber con esto, por qué algunos artistas odian los algoritmos artísticos.

No hay decisiones finales

Aunque Guadamuz cree que será difícil demandar a alguien por usar IA para copiar su trabajo, espera que haya demandas.

“Absolutamente habrá todo tipo de litigios en algún momento, estoy seguro”, dice.

Él dice que infringir marcas registradas como el logotipo de una marca o la imagen de un personaje como Mickey Mouse, podría resultar más complicado legalmente.

Otros expertos legales no están tan seguros de que las imitaciones generadas por IA tengan una base legal sólida.

“Pude ver que surgieran litigios del artista que dijera: ‘No te di permiso para entrenar tu algoritmo en mi arte’”, dice Bradford Newman, socio del bufete de abogados Baker Mckenzie, que se especializa en IA.

“Es una pregunta completamente abierta quién ganaría tal caso”.

Conclusiones

Por qué algunos artistas odian los algoritmos artísticos es todo un tema.

Es muy pronto para saber si los litigios en contra de la IA será validada. Es más aún, si las entidades gubernamentales se pondrá al día para tomar decisiones sobre estos temas.

La IA llegó para quedarse.

Si se entrena (como cualquier otra tecnología) para realizar una tarea específica, no es culpa de la tecnología sino de quienes están detrás de ella.

¿Es un riesgo serio para los artistas? Si, definitivamente lo es,

Pero en mi opinión, no por lo que representa la IA en contra del artísta.

Sino porque las personas que posean esta tecnología harán la brecha económica aún más amplia.

El mayor problema que enfrentamos como creadores de contenido y los artistas en sí, es la restricción que hoy en día tenemos para conseguir una imagen en términos de apertura y uso comercial.

Con la IA, esto se vendría abajo. Y esto no le conviene a conglomerados como Corbis, Adobe, PhotoStock y otras, por que perderían mucho dinero.

En realidad el pleito radica aquí: Los monopolios de imágenes no quieren a la IA o perderán dinero. Y a los artistas y creadores no les gustaría que una Inteligencia Artificial sea mejor que ellos.

Pero es tarde para ello.

No queremos que nuestro trabajo se pierda por la IA, pero sucederá de una forma u otra.

Tal vez la singularidad de la IA no ha llegado aún, pero no tardará mucho para ello.

Gracias por leer “Por qué algunos artistas odian los algoritmos artísticos”. Déjame tus comentarios y contáctame para platicar un poco más del tema.

Este artículo ha sido actualizado el 19 de agosto de 2022 con comentarios adicionales de Andrés Guadamuz y de Simon Stålenhag hechos a la Revista Wired, de donde se toma la idea

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